PROBLEMAS CON LOS TATUAJES Y COMO EVITARLOS. Como evitar infecciones para tener un tatuaje bien curado.

¡Hola! ¡Me encanta que estés considerando hacerte un tatuaje! Es una manera tan personal de llevar arte siempre contigo, ¿no crees? Pero antes de que te lances, ya sé, esa emoción puede ser tremenda, a la aguja, vamos a platicar un poco sobre los riesgos y también sobre los cuidados que tu nueva obra de arte en la piel requerirá. Tranquila, no quiero quitarte la emoción, para nada, ¡solo quiero que puedas disfrutarlo con toda la información a la mano!

Ahondando en la tinta: Más allá de un diseño que mola,

¡A ver!, seamos sinceras. Cuando un diseño de tatuaje nos entra por los ojos, la cabeza empieza a pensar de inmediato: ¿quedará mejor en el brazo, en la espalda o quizá en el tobillo? ¡El aspecto visual nos atrapa! Pero un tatuaje es algo más importante, una decisión mucho más allá de solo la estética, de simplemente tener algo bonito en la piel. Estamos hablando de una intervención, una herida controlada, sí, aunque al final, una alteración de nuestra epidermis, ¿no?
Y, como sucede con cualquier intervención en nuestro cuerpo, hay cosas que debemos tener en cuenta, y claro, esto importa. No es algo que debamos tomarnos a la ligera, ¿me entiendes?

Mirar solo el diseño que nos vuelve locos es insuficiente, ¿sabes? La calidad de la tinta, la pericia del tatuador y cómo nuestra propia piel reacciona, ¡es que todo es importante! Esos son los ingredientes clave para un resultado final exitoso y, mucho ojo, también para nuestra salud, ¿eh?

Por eso, antes de que nos lancemos a lucir ese tatuaje genial, démosle un vistazo un poco más profundo al tema de la "tinta". Piensa en ello: es una inversión en arte en el cuerpo, es verdad, pero ¡es una responsabilidad con nosotros mismos! Con nuestra salud y con el estado de nuestra piel a largo plazo.

Los "peros" que no queremos que te lleves de sorpresa

Vale, sin querer sonar como una alarma estridente ¡en absoluto!, pero es crucial que hablemos sobre esos pequeños "peros" que podrían arruinar tu experiencia, ¿sabes? Debemos estar preparados, porque si no prestas atención, pueden surgir cosillas inesperadas:

¡Cuidado con las sorpresas! Resulta que, a veces, la piel es un poco especial y, bueno, no siempre se lleva bien con la tinta. Pueden aparecer rojeces, una picazón que no te deja en paz, incluso hinchazón o hasta esas molestas protuberancias. ¡Ah, y un dato curioso!, esto podría aparecer, incluso mucho después de hacerte el tatuaje, ¡ojo!

Y luego, si no sigues las indicaciones al dedillo, una infección podría colarse en tu piel. La zona tatuada es, al fin y al cabo, una herida expuesta, ¿entiendes? Así que, las bacterias, ¡les encanta la fiesta! Una infección puede arruinar por completo el tatuaje y, para colmo, terminar en tratamiento médico.

Por último, hay una pequeña posibilidad de que las cicatrices queloides sean más "agresivas". Es decir, que en ciertas pieles con predisposición se formen bultos grandes y duros. No es lo más común, pero ¡no lo descartemos!

¿Te ha pasado? Los problemillas con la tinta son un clásico, ¿verdad? Algunas veces, la calidad de la tinta, o, también, cómo trabaja el tatuador pueden ser la causa de cosillas que no molan nada... ¡Como que el color se corre! O, peor aún, que se vea todo a parches y desigual, o, lo más triste, que el color... ¡Se esfume, se vaya antes de lo que esperabas!

Encontrando a tu artista ideal (y un estudio de confianza)

Ahí es donde la investigación se hace crucial, ¡es como cuando buscas el bolso perfecto, ya sabes! No te conformes con el diseño que te presentan, tienes que investigar a fondo, eh.

Portafolio: Mira y vuelve a mirar trabajos anteriores del tatuador o tatuadora. ¿Te gusta el estilo que maneja? ¿Te fijas en si las líneas son nítidas y los colores vibrantes?

Higiene del estudio: Un estudio profesional debería verse, casi como un quirófano, impecable. Fíjate bien si usan material desechable y, por cierto, si esterilizan el equipo adecuadamente, ¿comprendes? ¡No te dejes nada por preguntar!

Permisos y licencias, ¿sabes? Esencial asegurarse, realmente esencial, de que el estudio sigue las regulaciones de salud actuales. ¡Mucho, muchísimo cuidado!

Ahora, sobre lo que dicen los demás, las opiniones de la gente, eso ayuda bastante. Buscá por internet, ¿sí? Revise reseñas en línea, ¿por qué no? Y, ya que estás, pregunta a tus amigas que se han hecho tatuajes ahí. ¡Así obtendrás una idea más clara, más real, de la experiencia!

Tu tatuaje recién hecho: Los primeros días son cruciales

Vale, ¡vamos a hablar sobre ese tatuaje nuevecito, ¿sí?! Los primeros días son MUY importantes, eh.¡Felicitaciones por tu nuevo tatuaje! ¡Qué bien que ya lo tengas! Ahora viene lo más importante, hay que cuidarlo para que sane bien y te quede precioso, sin problemas.

Lo del vendaje: tienes que seguir al pie de la letra las indicaciones que te dió el tatuador/a, sobre cuándo y cómo quitar el vendaje, ¿sabes? Generalmente, te lo dejarán unas cuantas horas puesto.

La limpieza: lava la zona con agua tibia y jabón neutro, de esos que no tienen perfume ni alcohol, eso es importante. ¡Y hazlo con mucho cuidado, eh!, con movimientos suaves. Después, usa una toalla limpia, dando toquecitos para secar la zona, nada de frotar fuerte.

Hidratación, ¡SIEMPRE!: Ponte una capa FINITA de crema cicatrizante específica para tatuajes o vaselina neutra varias veces al día. Con esto la piel se mantiene hidratada y evitamos que se formen costras gruesas, ¡qué fastidio!

¡Ni se te ocurra tocarlo! No te rasques ni toques el tatuaje con las manos sucias, por favor. ¡Las bacterias son terribles en este momento!

La ropa: Busca ropa de algodón, holgada, que no roce el tatuaje; es mucho mejor.

Sol, piscina y playa: ¡OLVÍDATE, por un tiempo! Durante las primeras semanas, evita la exposición directa al sol, los baños largos en piscinas o el mar. El cloro y la sal pueden irritar la piel y el sol puede destiñir los colores, así que ¡ojo!

¿Y qué hago con las costras? ¿Son nuestras amigas, o quizás se pueden convertir en enemigas? Es perfectamente común que se desarrollen costritas, ya sabes, pequeñas e inofensivas... ¡Pero, por favor, no las toques! En serio, ¡olvídate de arrancarlas! Lo mejor es simplemente dejar que se desprendan por sí solas, ¿no crees?

A largo plazo: Tu tatuaje siempre impecable

Una vez que tu tatuaje esté totalmente curado, la cosa no termina ahí, ¿eh? El cuidado sigue aquí...

¡Siempre protección solar! El sol, el peor enemigo de tus tatuajes, ¿sabes? Los rayos UV esos pueden hacer que los colores se apaguen, que se pongan feos, y los contornos... se desdibujen. Por eso, siempre aplica un protector solar de factor alto, ¡incluso en el invierno! ¡Que no te agarren desprevenido!

Hidratación constante es clave, para que todo se vea espectacular, ¿no? Ayuda a que los colores se vean mucho más vivos.

Ten mucho cuidado con algunos productos... Algunos cosméticos o tratamientos fuertes pueden echar a perder la calidad del tatuaje. ¡Aguas con lo que te pones!

En resumen (para que no se te escape nada importante)

Un tatuaje, ¿verdad? ¡Es una pasada! Pero hay que tomárselo en serio, ¿sabes? Es una gran aventura. Tienes que estar informado, eh, y bien informado. Busca un artista de verdad, uno bueno, de esos que son unos profesionales. Sigue sus indicaciones al dedillo, ¡literalmente! Y así, podrás lucir ese arte en tu piel por muuuuchos años. ¡Piensa que es como invertir en ti misma!

Espero que esta plática te sirva de algo, de verdad. Si te queda alguna preguntilla, no te cortes, ¡pregunta! ¡A gozar de esa tinta que pronto te harás! Y, ojo, si te preocupa el dolor… recuerda, siempre será peor si te lo haces en Tailandia. 😂 (Mira la siguiente foto).


Artículo Anterior Artículo Siguiente